El Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) de América Latina y el Caribe ha denunciado la grave situación que se viene presentando en la frontera colombo-venezolana, específicamente entre Arauca y Apure, luego que autoridades colombianas han reprimido a un grupo de migrantes venezolanos en el río Arauca.
Se han hecho eco de “la alerta emitida por la comunidad en relación al uso excesivo de la fuerza, que ha llevado a voltear las canoas que transportan a esta población, durante los operativos desarrollados en la semana de flexibilización de la cuarentena en Venezuela, en medio de las restricciones por la pandemia”.
Por ello rechazamos “las acciones que van en detrimento de la dignidad humana y de la protección de los derechos fundamentales de la población migrante y refugiada”.
Cultura compartida
Además han instado “a las autoridades colombianas y de la región a implementar medidas integrales para la protección de la vida y de los derechos humanos de toda persona, indistintamente de su nacionalidad y condición migratoria, con especial atención en zonas de frontera”.
Han destacado “la necesidad de aplicar los mecanismos de protección de los Derechos Humanos, que ha ratificado, con particular atención en la garantía de acceso al territorio y al mecanismo para la determinación de la condición de refugiado, incluida la Declaración de Cartagena”.
Recordaron que “la frontera colombo-venezolana es una frontera viva, atravesada por una cultura compartida que se yuxtapone a la línea limítrofe de los Estados”, por tanto han invitado “a respetar estas dinámicas y promoverlas en el relacionamiento mutuo de los Estados”.
De igual modo piden a la población local evitar todo tipo de xenofobia y “promover una cultura de la hospitalidad, anclada en la memoria histórica de un pasado de convivencia e integración, superando las heridas y encontrándonos desde la reconciliación”.
Foto: JRS